¿Sabes lo beneficioso que es incluir alimentos fermentados en tu dieta diaria? Estos productos son tremendos aliados del sistema inmunitario y la salud intestinal, por lo que hacerlos parte de nuestros hábitos alimenticios puede contribuir a un cambio sustancial y positivo en el cuerpo humano. Hoy te contaré sobre sus múltiples propiedades y algunas de las diversas opciones que existen actualmente en el mercado.
Para comenzar es importante saber que los productos fermentados son aquellos cuya elaboración implica el crecimiento y la actividad de distintos microorganismos como levaduras, hongos y bacterias, los cuales son beneficiosos para nuestra salud.
Pese a que en la teoría este proceso puede no sonar tan atractivo, en la práctica el desarrollo de estos microorganismos es muy positivo en diversos sentidos: potencian el sabor de los alimentos, aumentan su vida útil y, lo más importante, nos ayudan a equilibrar la diversidad bacteriana, es decir, la microbiota.
Chucrut, yogurt natural, kéfir y vinagre de manzana son algunos de los fermentados más conocidos a nivel mundial y, durante el último tiempo, se ha sumado a esta lista la kombucha, un bebestible hecho a base de té que en estos días goza de mucha popularidad debido a sus numerosas propiedades. A continuación, te invito a revisar en detalle cada uno de estos productos y sus beneficios para la salud.
Chucrut: Este producto, que se obtiene a partir de la fermentación del repollo en salmuera (agua con sal), fortalece el sistema inmune, es una gran fuente de antioxidantes, favorece los procesos digestivos y es rico tanto en minerales como en vitamina C y vitamina A.
Yogurt natural: Este alimento, que se obtiene cuando se fermenta la leche, es una de las mejores fuentes de calcio; tiene un alto contenido de vitamina B12, fósforo y potasio; es una gran fuente de omega 3; mejora la salud digestiva; contiene abundantes proteínas; fortalece el sistema inmunológico y mejora la salud cardiovascular.
Kéfir: Este producto, conocido también como yogurt de pajaritos, es un lácteo muy similar al yogurt, que se elabora fermentando levadura y bacterias con leche. Dentro de sus beneficios destaca que es rico en probióticos, por lo que mejora la digestión; ayuda a luchar contra la inflamación y las enfermedades crónicas, además, fortalece los huesos.
Vinagre de manzana: Esta preparación se obtiene fermentando los azúcares de las manzanas, lo que los convierte en ácido acético (ingrediente activo del vinagre). También cuenta con diversas propiedades, como por ejemplo, que puede eliminar bacterias o evitar que se multipliquen; disminuye los niveles de azúcar en la sangre; ayuda a perder peso y disminuir la grasa abdominal; reduce el colesterol; es beneficioso para el cabello pues lo limpia en profundidad, le da brillo y ayuda a prevenir la caspa; ayuda a eliminar las células muertas de la piel y limpia los poros; y también sirve para eliminar manchas en los dientes.
Kombucha: Esta bebida efervescente, conocida también como té de hongos, se obtiene a partir de la doble fermentación natural del té -idealmente verde o negro- y el azúcar, la que se añade a una colonia de bacterias y levaduras llamada Scoby. Entre sus beneficios está que tiene propiedades antibacterianas y antiinflamatorias, contiene pocas calorías y, además, es rica en antioxidantes.
Cabe destacar que si deseas preparar estos alimentos en tu casa debes seguir una serie de prácticas de higiene alimentaria que te aseguren una correcta fermentación. Estas son algunas de las indicaciones que te recomiendo que tengas presentes:
Sigue las pautas de manipulación y evita la contaminación cruzada.
Controla la temperatura.
Respeta el tiempo de fermentación.
Procura que la acidificación sea lo más rápida posible.
Utiliza recetas probadas con anterioridad.
Ya conoces los productos fermentados y los diversos beneficios que le otorgan a tu organismo, el siguiente paso es que los incorpores a tu día a día. No olvides que una alimentación saludable puede cambiar tu vida.
Fuentes:
Cristina Marnich: Mi experiencia